Incluso cuando parece que hay una oscuridad total y no podemos ver, siempre hay luz en abundancia esperando ser vista. El diminuto lugar donde reside la oscuridad es como un solo grano de arena negra en una interminable playa dorada. El mundo del pensamiento fijado en ese grano nos impide vivir en la luz. Más allá de todo pensamiento, hay otro mundo donde la oscuridad no puede entrar. Es el pensamiento el que crea la oscuridad, y la comprensión del pensamiento como creador de ese mundo oscuro nos libera de él.